Me rompo, ¿me cuidas?
Me pierdo, ¿me encuentras?
Dime, ¿Por qué te fuiste?
Las noches, empezaron a ser frías. Tanto como yo.
Volvieron mis pesadillas, dolorosas, cortantes.
Tengo la certeza, de que aunque estés lejos, sigues ahí.
Que aunque te estés perdiendo muchas cosas, estás ahí.
Pasarán miles de huracanes que igual que tu, con tu marcha, me destrozarán hasta el último pedazo que he conseguido recoger.
Pasarán miles de caras desconocidas por mi vida. Quizás se hagan conocidas durante un tiempo, o quizás solo un rato.
Pasará el tiempo, con todas sus consecuencias, como que no me verás crecer poquito a poco como persona, que cambiaré de forma de ser, que habré crecido, aunque parezca que sigo siendo igual de pequeña y que sigues sacándome esos cuatro dedos, no sonreiré por cosas que sonreía, igual dejo algunas aficiones, me centre mas en ellas o encuentre otras nuevas. Igual aprendo a ser menos ingenua, a no ahogarme en un vaso de agua, o a no sacarle punta a todo.
Me cuesta creer que estés lejos, aún no me acostumbro a no escuchar tu voz al otro lado del teléfono, a acostumbrarme a no escuchaste (porque joder como echo de menos tu voz), o a no tener los abrazos mas largos y más estrujaste que existen. Me cuesta creer, que no estás. Y que seguirás sin estar.
Querido ángel de la guarda, cuida de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario